martes, 11 de marzo de 2014

Filosofía en la actualidad: Kant y los derechos humanos

Tres generaciones de Derechos Humanos

La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue aprobada en 1948 por la asamblea general de las Naciones Unidas. En la actualidad se habla de tres generaciones de derechos humanos:

-          1. Los derechos de la primera generación son los que exigieron los revolucionarios de los siglos XVII y XVIII (derechos civiles y políticos como la libertad, el derecho al voto, entre otros).
-          2. Los derechos de la segunda generación corresponde a las exigencias de movimientos obreros, como los derechos económicos (protección contra el desempleo, salario digno o descanso), a la educación y al disfrute de los bienes culturales.
-          3. Los derechos de tercera generación han surgido debido a dos factores: el cambio de valores de las sociedades  y la nueva organización nacional e internacional. Son, entre otros, el derecho a vivir en paz, a tener un medio ambiente no contaminado o el derecho al desarrollo de los pueblos que se encuentran en situaciones de atraso económico y cultural. También se engloban aquí los derechos de los niños, los derechos de los trabajadores inmigrantes y los derechos de las minorías étnicas o religiosas.


Kant, precursor indiscutible de los Derechos Humanos

A continuación, se desglosan algunos conceptos de la filosofía kantiana, fundamentales para comprender los presupuestos filosóficos de los Derechos Humanos.

La “mayoría de edad” y la autonomía de voluntad.
En la Marcha global contra el trabajo infantil en Nueva Delhi (la India), el hombre alcanzó “la mayoría de edad de la razón”, eso suponía que a partir de ahí debía pensar por sí mismo: el espíritu ilustrado implica la emancipación de cualquier autoridad moral y dogmática. El hombre debía pensar por sí mismo, ponerse en lugar del otro y ser consecuente. Esto significa que los principios de la acción deben ser escogidos por sí mismos porque nuestra voluntad, libre y sin esperar ninguna finalidad o recompensa, ha sido determinada por nuestra razón. La cuestión es, ¿qué principio puede determinar la acción que debo escoger? Este es el imperativo categórico, según el cual debo actuar de tal manera que lo que haga en cualquier momento se pueda convertir en norma de conducta para toda la humanidad. Esta será la ley por excelencia para Kant.

La dignidad y el reino de los fines
Kant define la dignidad a partir de la tercera formulación del imperativo categórico: “obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca solo como un medio”. Los seres humanos no pueden ser utilizados pues son fines en sí mismos. Todo ser humano tiene un valor absoluto y no puede ser relativizado; de ahí la famosa frase de Kant: “el ser humano no tiene precio, tiene dignidad”.

La paz perpetua
En esta obra, Kant defiende que los Estados deben regirse por una Constitución republicana que represente al pueblo y está basada en la división de poderes. A continuación, propone la creación de una federación internacional de Estados libres, una sociedad de naciones regida por el derecho de gentes, lo que Kant denomina derecho cosmopolita, cuya principal finalidad es evitar la guerra entre Estados y asegurar así la paz perpetua.
Se puede advertir la clara influencia kantiana en la Declaración de los Derechos Humanos con solo leer el comienzo del preámbulo, que reza así: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana (…)”.


1 comentario: