En clase hemos visto recientemente el tema de la bioética, un tema que puede resultarnos un poco lejano pero ciertamente está mucho más cerca de lo que creemos y de lo que nos gustaría.
Para ser más concreto yo me voy a dedicar a hablar sobre la investigación de células madre. Las células madre, como muchos ya sabréis, son aquellas capaces de regenerar un tejido de nuestro cuerpo gracias a procesos mitóticos. El estudio de este tipo de células nos puede ayudar a curar enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer e incluso nos ayudaría en un futuro a crear organos desde cero 100% compatibles con nuestros cuerpos.
El hecho de tener fuertes inversiones en este campo que impulsasen unas investigaciones de mayor calidad facilitarían en gran medida el avance de la medicina y salvaría la vida a miles de personas. Las células madre podrian regenerar cualquier parte de nuestro cuerpo, desde una neurona hasta un corazón entero.
Pero es aquí donde entra el dilema: ¿Es correcto arebatar una vida, sea considerada o no humana, para el estudio de este tipo de técnicas? Las organizaciones pro-vida, las cuales están en contra de este tipo de investigaciones, defienden que el ser humano debe ser considerado como tal desde el momento en que se produce la fecundación del óvulo.
¿Y por qué digo que este tema nos afecta directamente a todos y, por tanto, escribo en el blog de este tema como si fuese cotidiano? Pues lo digo por el hecho de que este asunto nos incumbe a todos. El hecho de que se lleven o no a cabo este tipo de investigaciones repercute directamente sobre los tratamientos que vamos a recibir en un futuro. Por ejemplo, si en un futuro padeces hepatitis y se te debe de transplantar un nuevo hígado este podría ser generado enteramente para ti gracias a las células madre.
Personalmente yo estoy a favor de la investigación con células madre, pues considero que salvaría más vidas humanas de las que puede llegar a quitar, pero cierto es que hay que investigar mucho al respecto para llegar a una conclusión que contente a todo el mundo, por lo tanto, aun nos queda una barrera por superar para adoptar esta práctica en el campo de la medicina: La bioética.